sábado, 21 de febrero de 2009

Blends y varietales... Marketing??



Cuando una persona va al supermaxi o alguna licorería, puede ver una gran cantidad de botellas de vino, con nombres como merlot, pinot, shyraz, syra, cabernet, malbec, etc... pero ultimamente, se encuentra botellas que contienen dos o más de estas palabras en su botella, pues creo que es hora de la discusión sobre blends y varietales, tiene más que ver con marketing??.. en mi opinión, los blends son ricos al paladar, pero el varietal, es un vino que deja ver la habilidad del wine maker y yo como wine drinker...prefiero los varietales.

En una entrevista al, Sr. Alberto Arizu, Director Comercial de Luigi Bosca, cuenta la actualidad de la bodega respecto de su oferta de productos e instalaciones, además, su opinión respecto de la discusión sobre blends-varietales, la filosofía de la bodega y las posibilidades de involucrarse en nuevos mercados.

- ¿Cuál es la actualidad de la bodega respecto a estructura y productos?

Somos una bodega familiar, con 100% de capital propio de la familia fundadora, estamos desde el año 1901 y nuestra especialidad es vinos que apuntan a los segmentos superiores del mercado, en la base de nuestra pirámide de producción se encuentra Finca La Linda, que es un vino de calidad y precio Premium, en la parte alta está nuestro vino más caro, que es Ícono, tenemos una producción de 410 mil cajas de 12 botellas, de los cuales el 45% se exporta y el resto se vende en el mercado local. Exportamos a cincuenta países del mundo.

Tenemos un portafolio de marcas y productos, que suman unos 29 productos, divididos en tres segmentos bien diferenciados, por un lado está Finca La Linda, que son diez vinos varietales y un espumante; Luigi Bosca también es una colección diez vinos y un
espumante; y el tercer segmentos están los selectos de Familia Arizu, que son todos aquellos que surgen a partir de selecciones especiales de distintas vides, de diversas técnicas, etc, y cuenta con las marcas Gala I, II y III, Finca los Nobles (dos tintos blends y el chardonay), Boheme (espumante de lujo) e Ícono.

- ¿Dónde tienen las instalaciones?

Están en Luján de Cuyo, donde tenemos la bodega original construida en dos etapas; la primera en 1894 y la segunda en 1914, tenemos 7 viñedos, que en total suman cerca de 700 hectáreas, cuatro de ellos están en Luján de Cuyo, dos en Maipú y uno en Tupungato.

- ¿Cómo ve que ha ido cambiando el comportamiento del consumidor en los últimos años?

Ha sido un proceso cultural muy interesante, donde se ha generado una especie de círculo virtuoso, las bodegas comenzaron a tecnificarse y producir vinos de mayor calidad, la comunicación se ha vuelto muy importante y generó consumidores más conocedores. Estos, con mayor conocimiento, han ido exigiendo mayor calidad y eso
fue generando un círculo virtuoso, entre los productores y los consumidores también hay otros actores, como sommeliers; éstos han tenido una evolución enorme y han
sumado valor a esta cadena, hoy el consumo es mucho más sofisticado que hace diez o veinte años, en los 70 en Argentina se consumía casi 90 litros per cápita por año, pero el 95% de ello era vino de mesa, hoy solo se consume 30 litros per cápita por año, pero ha crecido la preponderancia de los vinos de calidad.

- ¿Cómo esto ha ido modificando el comportamiento de las bodegas, respecto a la producción de diversas cepas o promover más los varietales en lugar de los blends?

La discusión entre blends y varietal tiene más que ver con la comunicación y el marketing, la ley dice que un vino puede mencionar una variedad en la etiqueta si una cepa supere el 85%, pero así y todo, hay 15% de otra cepa y deja de ser un varietal puro, por otro lado, las bodegas se han volcado a la investigación y desarrollo permanente del conocimiento en la forma de vinificar, mayor entendimiento del suelo, descubrimiento de otras áreas de producción para ciertas variedades, conocimiento de la altura, etc.

Hoy se produce vino de calidad que no tiene nada que envidiar a ningún lugar del mundo y ha sido capaz de mostrarlo, ganando una gran reputación por ejemplo con el malbec, pero también respecto de la diversidad; Argentina es un país con una gran diversidad de climas y suelos, que es una bendición para producir distintas variedades con una excelente calidad, esto es lo más interesante de la oferta Argentina, para el mercado local y el resto del mundo.

- Volviendo al tema del blend y el varietal, ¿por qué el varietal se
ha posicionado como símbolo de calidad?

Yo siempre he dicho que la discusión varietal y blend no tiene ningún sentido, el varietalismo fue una tendencia norteamericana que comenzó en la década del 60, tiene su importancia porque le permite al consumidor poder diferenciar y comparar lo que está viviendo, para ello la única manera es conociendo lo que está tomando, más
allá de eso no tiene ningún parangón, sí se necesita 15% de una variedad para mejorar una variedad, es una práctica absolutamente válida y se hace por el bien del vino; el concepto del varietal en Francia no existe pero hacen vinos 100% pinot noir.

Nosotros no somos partidarios de eso, tenemos varietales 100%, otros varietales con pequeños agregados, incluso hay algunos vinos que podríamos mencionarlos como variedad pero decimos que es lo que tiene, por ejemplo, el Gala I es un blend de malbec-petit verdot-tanat, y tiene 85% de malbec, Podríamos haber puesto malbec en la
etiqueta, pero pusimos las tres variedades con su porcentaje. Es importante que el consumidor lea, sepa y conozca mejor. Es mi definición como "wine-maker" y así muestro mi filosofía como bodega.

El varietalismo tiene que ver con "como lo comunico y donde", también es real que en segmentos más bajos de precio, la gente tiene una inclinación marcada a consumir más varietales, en niveles más altos de precio y de sofisticación, el concepto de la mezcla está mucho más fuerte, porque la gente busca diferenciarse más.

Yo creo que tiene más que ver con la comunicación y no es una discusión que tenga sentido desde el punto de vista técnico

- Antes decías que en uno de sus vinos preferían mencionar las tres variedades aunque tuviera 85% de malbec, con lo que sería legalmente un varietal. ¿Creés que en este sentido hay un contrato implícito con el consumidor?

Lo que buscamos de esa manera, con este vino sofisticado, es mostrar nuestra habilidad como wine makers, cuento como es la receta, pero solo puedo hacerlo yo, esto es como el puré de la abuela: puede darme la receta, pero no me sale igual, en el vino sucede lo mismo, lo que de alguna manera comunicamos es nuestra filosofía a la hora de hacer el vino y la elección de las variedades, lo que hacemos es
culturizar a los consumidores.

- ¿A qué países están exportando más desde Luigi Bosca?

Los cinco primeros son Estados Unidos, Brasil, Holanda, México e Inglaterra.

- En esos países, ¿cuáles son las tendencias de consumo?

Luigi Bosca no usa marcas ni vinos especialmente para exportación o consumo interno, nuestra filosofía desde 1901 es producir el mejor vino del que seamos capaces, esto implica un concepto como producto, que también se traduce en la etiqueta, el packaging, etc. Es decir, vendemos las mismas marcas y vinos en Argentina y en el exterior, son exactamente lo mismo, esto implica, por ejemplo, que algunas etiquetas tengan menciones en inglés aún en el mercado interno.

Por lo tanto, desde Luigi Bosca no buscamos tendencias ni perseguir mercados, sino que buscamos a aquellos consumidores que más nos interesan para nuestros vinos, de todas maneras, tenemos un conocimiento de cada uno de estos mercados, como el mayor consumo de vino tinto en Latinoamérica o del vino blanco en Europa o el fanatismo del malbec Argentino en Estados Unidos, pero siempre digo: un buen vino funciona bien en cualquier parte del mundo.

Como tendencias generales, percibo una crítica a la excesiva maderización de los vinos, esto ya lo veíamos en Inglaterra hace unos cinco años, y ahora ya se observa en Estados Unidos, se busca que el protagonista del vino sea la fruta, y también de a poco empieza a existir un rechazo a los vinos excesivamente voluptuosos, que genera que se hagan productos muy empalagosos, hubo una tendencia a la hiperconcentración, que veo que se está alejando por completo para volver al esquema de antes: elegancia y sofisticación; Siempre hemos batallado en este sentido, incluso en tiempos de pico de la moda de la hiperconcentración.

Estas son tendencias a nivel general que te puedo mencionar de estar contacto con periodistas extranjeros, consumidores, críticos, formadores de opinión; hay un rechazo a la excesiva maderización, la necesidad de la fruta como protagonista y hay una discusión en torno al alcohol, es decir, hay un cuestionamiento al respecto sobre
seguir haciendo vinos con mucho contenido de alcohol, uno analiza Argentina con 14 grados es normal, En Australia se habla de 16, pero ahí tiene que ver la acidez y el balance, si están bien trabajados el alcohol no lo sientes, en Europa hay una suerte de rechazo a los vinos muy alcohólicos, que muchas veces no lo notan en boca, pero el
solo hecho de leerlo en la etiqueta les genera un rechazo, igualmente, el tema del alcohol es una discusión más técnica que de tendencias.

- ¿Cómo ve los mercados menos tradicionales, como China u Oriente Medio?

Son mercados jóvenes, con consumo de vino mínimo. En general consumen alcoholes fuertes, son mercados atractivos y creemos que en largo plazo serán grandes consumidores, lo que si es hay que estar dispuestos a trabajar en esos mercados, porque van a requerir durante mucho tiempo inversión para explicar e inculcar el consumo de vinos, y lógicamente Argentina va a tener que pelear su lugar en Asia, sobre todo con Australia y Chile, que nos llevan cierta ventaja; Argentina no debe dejar de lado estos mercados y hay que estar listo para un camino largo a recorrer.

No lo vemos con potencial en el corto plazo, tal vez si en el mediano plazo, pero
principalmente hay un enorme potencial para el largo plazo.

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